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El próximo miércoles el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) reunirá a gran parte del sector productor de uva de mesa de los valle de Copiapó y Huasco -llámese productores, packing, plantas, frigoríficos y/o exportadoras-, ocasión en la que dictará charlas relativas a difundir y recoger observaciones sobre el Programa de Control Oficial de Lobesia botrana (polilla del racimo de la vid) que ejecuta en el país y región.

Los encuentros se desarrollarán en el Fundo Amolanas, comuna de Tierra Amarilla, y en la sede social de la localidad de El Tránsito, comuna de Alto del Carmen. En ellos el Departamento de Protección Agrícola y Forestal dará a conocer las características del programa de control de la plaga y sus principales énfasis en la región, considerando que en Atacama no está establecida, al contrario de la zona central del país. En ambas reuniones estarán presentes administradores, encargados de campo, equipos técnicos y trabajadores de las empresas frutícolas del lugar.

Al respecto, Mei Maggi, encargada regional del departamento, señaló que en nuestra región el programa tiene el objetivo de erradicar la plaga, dado que solo se han detectado insectos aislados en zonas urbanas. En este sentido, destacó que la colaboración activa de productores y comercializadores, y el sector en general relacionado a la uva de mesa, es muy importante para lograr los fines propuestos.

La encargada agregó que el Plan en Atacama considera básicamente la vigilancia, a través de la colocación y revisión periódica de trampas, situadas en zonas urbanas y en predios productivos. Así mismo, se desarrolla un trabajo de fiscalización a los comercializadores de uva de mesa, sean feriantes, negocios, supermercados, etc. Se requiere que estén inscritos ante el SAG, de manera de contar con la trazabilidad de sus productos.

La plaga, originaria de Europa, ataca a los viñedos, su larva provoca un daño directo al alimentarse de los racimos, produciendo pudrición y deshidratación de las bayas (uvas), situación que hace disminuir los rendimientos de las viñas, en un 60 a 80% en el peor de los casos. Así mismo, podrían verse afectadas las exportaciones por el cierre de mercados o incremento de exigencias para los envíos desde zonas donde la plaga se ha establecido.