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Sin duda que la central Hidroeléctrica Río Huasco, ubicada en el embalse Santa Juana es uno de los grandes pasos que ha dado en el último año el Fondo ProAgua de la Junta de Vigilancia del río Huasco, en el valle del mismo nombre.

Y es que el hecho de generar energía en el desierto más árido del mundo, es un logro tremendo que escapa a toda lógica de producción y que gracias a la tecnología y el apoyo económico del Fondo ProAgua, se ha logrado concretar dicha iniciativa.

La Central Hidroeléctrica Río Huasco ha significado un paso vital para la diversificación energética de la Tercera Región, lo que fue calificado como un gran paso por el seremi de Energía y Atacama, Luis Eduardo Cantellano.

“Estamos funcionando desde septiembre de 2013 y es bueno contar a la comunidad del valle del Huasco y a toda la provincia, que en el desierto más árido del mundo estamos generando energía con la visión de responsabilidad en el manejo de las aguas por parte de la Junta de Vigilancia del Río Huasco y sus Afluentes y el apoyo económico del Fondo ProAgua,  que es un pilar fundamental en la concreción de este proyecto”, señaló Víctor González, Gerente General del Fondo ProAgua.

Hidroeléctrica Río Huasco es la primera central de estas características en Atacama, y son los regantes quienes tienen  un papel clave pues han apostado por utilizar energías renovables a partir del recurso hídrico. “Diversificar la matriz e incorporar Energías Renovables No Convencionales (ERNC),  que forma parte de la Estrategia Nacional de Energía, es uno de los logros importantes que hemos alcanzado con la concreción de esta central”, detalló González.

El presidente de  la Junta de Vigilancia del Río Huasco, Fernando González Gray, explicó que una de las características de la central es que el caudal destinado para la generación de energía será la misma agua de riego, es decir, no se requerirán de mayores volúmenes. «Las organizaciones de agua están tomando protagonismo con este tipo de proyectos… ya que este embalse fue construido con fondos del Estado y luego traspasado a los usuarios, entonces vemos que podemos gestionar este tipo de iniciativas», dijo.

La central se ubica a los pies del embalse Santa Juana, con una capacidad instalada de 4,6 MW, compuesta por dos turbinas modelo Francis, y con un caudal de diseño de 5 metros cúbicos por segundo, lo cual le permitirá obtener un factor de planta del 60%. La iniciativa demandó una inversión cercana a los 11 millones de dólares y podría ser capaz de reportar generación equivalente a 26,1 GWh al año.

La firma GPE – que operará la central- ya ejecuta otro proyecto similar en el embalse Puclaro, en la Región de Coquimbo.