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Uno de los productos más buscado por los visitantes a la feria organizada por INDAP, en Santiago es, sin duda, el pajarete… pero no cualquier pajarete. El pajarete Almidita, producido en Alto del Carmen y que simplemente tiene a sus productoras sacando cuentas alegres al final del evento.

Sandra Ramírez es heredera. Heredera del nombre “Armidita” que, cuenta la historia, es el nombre de la hija de un filántropo que fundó la hacienda y perdió a su hija cuando solo contaba con 11 años. De ahí en adelante, las tierras de su propiedad y el canal que riega las áridas sequedades del valle de El Tránsito, en la comuna de Alto del Carmen, se transformaron en lo que hoye s conocido como el lugar donde se produce el mejor pajarete de esta parte del país.

Pero Sandra también es heredera de la tradición familiar en esto de hacer pajarete. Desde su abuelo, uno de los primeros en producirlo en la zona, pasando por su madre, Sandra ha sabido aprovechar el conocimiento familiar, pero también el empuje, el tesón y el cariño para trabajar la uva y transformar con habilidad en un producto que, a juicio de los más importantes críticos europeos de vinos del mundo, James Suckling “es único en el mundo por el justo equilibrio entre la acidez y el dulzor, el alcohol y el aroma que lo transforman en uno de los mejores que he probado”.

Y no es ese elúnico premio. El pajarete Armidita ha cosechado, a lo largo de su corta existencia, premios destacados como el “Gold Wines of Chile”, al que acceden solamente los mejores, además excelentes puntuaciones en concursos nacionales e internacionales como “Descorchados”, “Guía Penin”, “Palacio de hierro” y otros.

NADIE ES PROFETA EN SU TIERRA

Su reconocimiento nacional e internacional, sin embargo y por extraño que parezca (o quizás no tanto tratándose de nuestro país), es más destacado fuera de las fronteras de la Región de Atacama que dentro de ella. De hecho, Sandra viene recién volviendo de Shangai y Beijing, donde sus botellas comenzarán a viajar en un largo recorrido del pajarete por Hong Kong, país que ya lo está consumiendo.

Así, los estándares de calidad, aromas y el equilibrio al que se refieren los más importantes sommelieres del mundo y que le han significado premios insospechados en el valle de El Tránsito, lucirán con orgullo el nombre del desierto de Atacama más allá de las tradicionales (y manipuladas) frases de tratarse del más árido del mundo, la región donde estuvieron por meses enterrados los 33 mineros, para transformarlo en la tierra del pajarete más sabroso de este lado del universo.

¿Difícil desafío? “De ninguna manera – garantiza Sandra. Quienes nacimos y nos criamos en esta región tenemos la fuerza necesaria para ganarle a la adversidad. Hoy estamos produciendo 10 mil botellas al año, estamos diversificando con un pisco del mismo nombre y solo esperamos ser también reconocidas en nuestra región”.