Olivicultores de Huasco tras obtención de la D.O: “INIA reúne las condiciones para ser el organismo contralor de la calidad”
Olivicultores valoran la asesoría y cercanía constante que han recibido de parte de la institución agrícola para mejorar la calidad y competitividad de los aceites de la zona.
Sin duda que la obtención del sello de Denominación de Origen de los aceites del valle del Huasco significará un salto en la comercialización de los aceites que hoy tiene a los productores de la provincia muy entusiasmados. Tras más de 4 años de litigios legales, la Asociación Gremial de Agricultores de la provincia del Huasco (AGA Huasco), podrá usar el sello que distinguirá sus aceites en diferentes mercados nacionales y extranjeros.
El proceso fue largo y durante todo ese tiempo los olivicultores no dejaron de trabajar el tema de la calidad junto a INIA, aspecto que resultó ser fundamental para la otorgación del sello. El proyecto INIA “Búsqueda y evaluación de mezclas de aceite de oliva, ‘blends’ a base de la variedad de mesa Sevillana para optar al sello D.O de los aceites de oliva del Valle del Huasco”, financiado por el Gobierno regional de Atacama a través del Fondo de Innovación para la competitividad el año 2014, elevó la calidad de los aceites locales introduciendo la variedad sevillana en las mezclas. Cabe recordar que el producto extra virgen del Huasco usa al menos 10% de la variedad sevillana y se elabora con procesos que comprenden tradiciones propias del saber hacer local.
A partir de ahora, la obtención del sello representa una nueva etapa, donde el proceso de producción será más exigente y se deberán cumplir nuevas condiciones como por ejemplo que la materia prima provenga de olivas del Valle del Huasco, junto con la transformación y envasado del aceite, los cuales también deberán ocurrir dentro de este territorio.
Por ello, INIA ya se está preparando para realizar nuevas capacitaciones de estos temas y proponer estrategias de conservación y calidad de los aceites a los olivicultores de la zona. Verónica Arancibia, Encargada del Centro Experimental INIA Huasco, ubicado en Vallenar, junto con expresar su conformidad por la obtención del sello, hace un llamado a seguir trabajando para subir los estándares de los aceites del Huasco. “Como INIA hemos sido parte del proceso de D.O. acompañando a los agricultores en el aspecto técnico sabiendo la importancia que tiene este sello para mejorar su competitividad, ya que estamos convencidos que los aceites que se producen acá son únicos en el mundo y por eso estamos muy contentos por el logro obtenido. Ahora viene quizás la parte más difícil que es mantener y mejorar la calidad del producto y para eso estaremos siempre al lado de los olivicultores”, sostiene Arancibia.
En tanto, Vicente Rodríguez, olivicultor del valle del Huasco y uno de los representantes de AGA, valora el aporte de INIA durante el proceso. “La participación de INIA en la obtención de la D.O Aceite de Oliva Valle del Huasco ha sido de vital importancia. Los estudios liderados por sus especialistas fueron la base para sustentar todo el análisis técnico que respaldaron la presentación a INAPI, estudios serios, con respaldo de expertos, experiencias prácticas recogidas en terreno, en su predio experimental y en sus laboratorios”, comenta Rodríguez.
“INIA reúne todas las condiciones para ser el organismo contralor de la calidad, proceso de las almazaras, olivas a procesar, en resumen puede ser el organismo rector de la calidad del Aceite de Oliva que sea producido bajo la Denominación de Origen”, agrega el olivicultor.
Junto con esto, Rodríguez proyecta el impacto del sello D.O. en el aspecto comercial para las producciones venideras. “En general, la olivicultura del Huasco está en retroceso porque la industria del aceite de oliva del Valle no ha sido capaz de mostrarle al público consumidor las bondades y beneficios de su producto. Esta es la oportunidad para dar un fuerte impulso a esta industria, volverla a posicionar en el lugar que ha tenido por siglos, desde la llegada de los Españoles el año 1540, con el apoyo de organismos como INIA, CORFO, SERCOTEC, Ministerio de Agricultura, Gobernación del Valle del Huasco y, por supuesto, con la unidad de todos los Almazareros que operan en el Valle”, sentencia el productor.
Por su parte, la Seremi de Agricultura Patricia Olivares resalta los diferentes alcances que tendrá el sello D.O. para la producción de aceite de oliva en el valle del Huasco. «Una de las prioridades del Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet para la agricultura familiar campesina, es trabajar en torno a hacer una agricultura más sustentable, más competitiva, otorgándole valor a nuestros productos. En ese sentido, el trabajo que ha originado INIA en torno a la Denominación de Origen del aceite de oliva del valle del Huasco, permitirá cumplir con los objetivos del programa de Gobierno, pero además dará al territorio un sello distintivo con valor cultural, que nos diferenciará a nivel nacional e internacional, impulsando el emprendimiento y desarrollo productivo de la Provincia de Huasco», apuntó la autoridad.
El aceite de oliva del valle del Huasco es el resultado de la selección natural de la variedad Sevillana, donde por más de 400 años se ha adaptado a las condiciones de salinidad de suelos y restricción hídrica. El producto obtenido es la base de la producción de aceite de oliva de los pequeños y medianos productores presentes en el valle del Huasco, lo cual aportará a la diferenciación e identidad territorial del aceite de oliva para la zona.
¿Qué es la Denominación de Origen y para qué sirve?
La Denominación de Origen es un sello de calidad ligado al origen, para este caso, a las condiciones edafoclimáticas del valle del Huasco. En términos prácticos es un derecho de propiedad industrial que busca impulsar la preservación y estímulo de formas particulares de manufactura o producción tradicional, a la vez que potencia la unión en las comunidades territoriales de origen, favoreciendo el desarrollo económico de pequeños productores a lo largo del país. El reconocimiento de una D.O. permite a productores aumentar su competitividad, gracias al esfuerzo de asociatividad de los productores y contar con protección frente a competencia engañosa, junto con entregar mayor información sobre el producto, favoreciendo la confianza de los consumidores.
Hasta hoy en Chile existen sólo cinco productos con este sello, los cuáles son la Sal de Cáhuil, Alfarería de Pomaire, Chamantos y Mantas Corraleras de Doñihue, Alfarería de Quinchamalí y el Prosciutto de Capitan Pastene. A ellos se le suma el aceite de oliva del valle del Huasco, lo que constituye un gran avance en materia productiva para la olivicultura de Atacama.
Según el último censo agropecuario del año 2007 en la provincia del Huasco existen 350 productores de aceite de oliva, quienes a partir de ahora podrán optar al uso de este importante sello si es que cumplen los requisitos de elaboración.