Hospital Provincial del Huasco conmemora 100 años del natalicio de Monseñor Fernando Aristía , Una jornada de memoria, gratitud y solidaridad

Hospital Provincial del Huasco conmemora 100 años del natalicio de Monseñor Fernando Aristía , Una jornada de memoria, gratitud y solidaridad
El sol de Vallenar iluminaba con fuerza este día especial. En los pasillos del Hospital Provincial del Huasco, se respiraba un ambiente diferente, cargado de emoción y de historia. No era una jornada cualquiera. Se conmemoraban los 100 años del natalicio de Monseñor Fernando Aristía, figura clave en la historia de la región y cuyo legado se plasmo el nombre que se le dio al propio hospital provincial del Huasco.
Frente a la comunidad reunida, el director del hospital, Juan Pablo Rojas, tomó la palabra. Con la voz emocionada, recordó el valor de Monseñor Aristía como un defensor incansable de los derechos humanos, un hombre que fue luz en tiempos oscuros, y cuya vida estuvo dedicada a los más necesitados. “Es maravilloso que nuestro hospital lleve su nombre,” dijo, destacando la inspiración que su figura representa para quienes trabajan en la salud pública.
En este contexto de memoria y homenaje, se anunció un reconocimiento especial: el Premio Natalicio Monseñor Fernando Aristía, a entregarse el próximo 30 de junio, fecha en que también se celebran los 18 años del Hospital Provincial del Huasco. Este galardón será entregado a exfuncionarios que marcaron la historia del hospital, y de manera especialmente emotiva, al voluntariado de las Damas de Rojo, que cumple 50 años de servicio. «Cuando hablamos de salud, hablamos de amor», expresó el director, subrayando el valor del trabajo desinteresado y lleno de cariño de estas mujeres que han acompañado a generaciones de pacientes.
Entre los presentes se encontraba la delegada presidencial provincial, Karina Zárate Rodríguez, quien agradeció la invitación y recordó con emoción su experiencia cercana con Monseñor Aristía en los barrios más humildes de la región. Junto a ella, participaron autoridades como la directora regional de patrimonio, Catesis Lobos, en representación de la Seremi Carolina Armenakis; la concejala Daisy Saavedra, en representación de la diputada Daniela Cicardini, estuvo presente Margarita Gallo, y reconocidas dirigentes sociales como Marcela Araya Sepúlveda, hija de la recordada a Nolvia Sepúlveda, auxiliar paramédico exiliada a quien la enviaron a San Félix durante la dictadura.
Además la delegada presidencial provincial, Karina Zárate, resaltó el legado de Monseñor Aristía como un ejemplo de liderazgo social y vocación de servicio. “Fue un líder sencillo, cercano, comprometido con los más necesitados. Esa memoria viva es la que debemos preservar, porque nos recuerda el sentido profundo del trabajo público”, señaló Zárate.
Marcela compartió su testimonio, recordando cómo Monseñor Aristía apoyó a su madre y a tantas familias vulnerables. Rememoró los tiempos en que los comedores populares sostenían a comunidades enteras, y cómo el legado de su madre y del Monseñor se entrelazaban como ejemplo de vocación y resistencia. «Siempre los voy a honrar también en este trabajo que desarrollo como persona acá en la Comuna de Vallenar», dijo conmovida.
Finalmente, Angélica Araya, presidenta del voluntariado Damas de Rojo, subió al escenario con la voz entrecortada. “Es lo más bello que hemos recibido. Es la primera vez que nos hacen un reconocimiento,” confesó con lágrimas en los ojos. Después de tantos años de entrega silenciosa, de amor gratuito a los enfermos, el aplauso del público fue un eco de justicia y gratitud.
Ese día, en el corazón del hospital, no solo se celebraron aniversarios y reconocimientos. Se celebró la memoria viva de un hombre bueno, el trabajo invisible de mujeres incansables, y el compromiso de una comunidad que, inspirada por el ejemplo de Monseñor Aristía, sigue creyendo en el poder transformador del amor y del servicio.