CORPORACION MI PEQUEÑO HERMANO HACE UN LLAMADO A LA POBLACION PARA SEGUIR ADELANTE CON SU LABOR.
La institución que atiende a personas con capacidades diferentes requiere de un mayor compromiso de la comunidad.
El llamado de atención, se dio a comienzo de éste año, cuando los responsables de la institución debieron suspender las atenciones que se entregan a sus beneficiarios durante el verano, ello debido a la ausencia de recursos para mantener en funcionamiento el centro durante la temporada estival.
La entidad que funciona al alero de la parroquia Inmaculado Corazón de María de Vallenar, nace a la vida el 3 de junio de 1992, con el propósito de atender a aquellas personas con algún grado de discapacidad y más aun con riesgos de vulnerabilidad, jóvenes y adultos que requerían un espacio para ser atendidos, brindándoles dignidad y otorgándoles un lugar grato, limpio con alimentación y entretención, y sobre todo cuidados y cariño
Con el apoyo generoso de manos amigas, en Chile y principalmente en el extranjero y gracias a la gestión de su principal impulsor, el sacerdote español Juan Sanchís, se logró por mucho tiempo entregar una atención digna y de calidad a quienes la comunidad parroquial llama como nuestro “Pequeño Hermano”. El centro se financia con aportes de socios, actividades pro fondos y derecho a asistencia de los beneficiarios
Son ya 26 años que lleva la institución otorgando atención profesional y de alimentación a sus beneficiarios, lo que se logra a través de la formulación de proyectos, que permiten el desarrollo de diversos talleres y con el aporte de manos amigas de la comunidad que permiten mantener la alimentación. En la actualidad son 18 los beneficiarios que atiende este centro y cada vez se hace más difícil mantener este servicio solidario, para su funcionamiento quienes integran el directorio que lleva a delante esta corporación deben ingeniárselas para realizar distintas actividades que permitan recaudar los recursos para su funcionamiento, cerca de un millón 800 mil pesos se requieren mensualmente.
La organización de bingos, colectas y campañas, logran atraer recursos, que no son suficientes, por ello esta semana parte del directorio, junto a su presidenta Margarita Fernández Quevedo, realizaron un encuentro con medios de comunicación local, con el objeto de dar a conocer esta situación y lograr sensibilizar a la comunidad para que mucha más gente se conviertan en parte activa de esta gran obra, ya sea entregando sus aportes, convirtiéndose en socio o también formando parte del voluntariado que requiere la institución. El próximo 18 de abril se realizará una colecta pública por las calles de la ciudad y una de las mayores dificultades es la falta de voluntarios para lograr un buen resultado de esta actividad.
“El llamado ya está, se requieren de manos amigas para brindar el soporte que necesita esta gran obra, hay vecinos nuestros que viven en situación de discapacidad y que requieren de una atención que les permita enfrentar de mejor forma sus días, aquí está la oportunidad de dar amor y solidaridad”, expresó la presidenta.