Aclaran función de “alambres” colgados en árboles en Copiapó y Vallenar
El Servicio Agrícola y Ganadero, SAG, aclaró a la comunidad que los “alambres” de tono rojizo que se ven colgados en árboles y arbustos de Copiapó y Vallenar corresponden a anillos emisores de feromonas para el control específico de la plaga polilla de la vid (Lobesia botrana), elementos que deben permanecer en su lugar por un periodo de al menos cinco meses, y que en ningún caso se usan para marcar casas u otros fines ajenos, como se ha señalado.
Así lo dio a conocer la directora regional del servicio, Mei Maggi Achu, indicando que como, en general, se desconoce la utilidad de los anillos, es bueno explicar que los emisores fueron instalados a contar del mes de septiembre en patios de viviendas y en calles, por parte de inspectores e inspectoras debidamente identificados.
“Los anillos no afectan a otros insectos, animales, plantas ni a las personas, y como en otros años, se cuelgan en lugares en que anteriormente se han encontrado ejemplares aislados de la plaga”, manifestó.
Añadió que estos elementos emiten al ambiente una feromona similar a la que produce la hembra para atraer al macho, por lo cual este se confunde y no logra aparearse, evitando con ello su reproducción y una posible dispersión de la plaga.
“Los anillos están activos alrededor de cinco meses, luego se agotan. Durante este periodo pedimos a la comunidad que los dejen su lugar y que de aviso al SAG de cualquier problema con ellos”, apuntó la autoridad.
Los emisores son un complemento a la red de trampas instaladas en diversos puntos de la región, la que compone el principal sistema de vigilancia temprana de la plaga. La polilla de la vid hasta ahora no se ha establecido en Atacama, pero sí está presente en la zona central del país. Por ello, Maggi pidió a la comunidad no traer plantas de vid ni fruta fresca desde la zona central ya que aumenta el riesgo de trasladar la plaga a la región.
En este sentido, el Secretario Regional Ministerial de Agricultura, Patricio Araya Vargas, estimó que “es importante contar con la colaboración de todo el sector productivo frutícola para mantener a raya esta plaga, tanto productores, transportistas y comercializadores, y también la comunidad. Por ello, en las zonas urbanas le pedimos a los vecinos cuidar trampas y anillos, ya que en el fondo contribuyen al desarrollo de la actividad económica de la región”.