Cata de aceite de oliva evento técnico para certificación con D.O.
En el marco de la certificación 2021 del Sello de Denominación de Origen (D.O) del Aceite de Oliva del Valle del Huasco en el Centro Experimental INIA Huasco, se realizó el evento técnico denominado cata de los aceites de oliva postulados a certificación, instancia que es fundamental para evaluar los atributos de los aceites como uno de los pasos para certificación con sello de origen estipulados en el Reglamento de uso y control de la D.O, parámetros que son evaluados una vez al año. Para la evaluación sensorial, el panel estuvo compuesto por expertos del rubro; Roxana Gardilcic, representante del panel con certificación del consejo oleícola internacional; Alicia Moya, fundadora del concurso de Guía Oliva; Jorge Astudillo, asesor en producción de aceites; Francisco Tapia, Investigador de INIA Intihuasi y Verónica Arancibia Ingeniera en Alimentos del Instituto de Investigaciones Agropecuarias INIA Intihuasi.
Patricio Araya Seremi de Agricultura de la región de Atacama destacó que “obtener nuevamente esta certificación demuestra el esfuerzo de nuestros productores del valle del Huasco por mantener la calidad y cualidades organolépticas de sus aceites de oliva. El trabajo asociativo entre el sector privado, el Gobierno Regional y nuestra cartera nos permite hoy seguir contando con este producto con sello de denominación de origen”.
A través de la jornada de cata se realizaron evaluaciones a “ciegas” que permitieron determinar que el producto no presentará defectos organolépticos, destacando los atributos para cumplir con los estándares del Sello de Denominación de Origen desde el el punto de vista sensorial, destacando el atributo de frutado, es decir un aceite de calidad premium.
Verónica Arancibia investigadora y extensionista de INIA señaló “los catadores se fueron gratamente sorprendidos por la calidad de los aceites y lo diferente que son al ser producidos en la zona, tienen un aroma y sabor característico atribuido a la variedad sevillana, mayoritariamente cultivada en el Valle del Huasco, y que entrega estas características diferenciadoras que caracterizan al aceite de oliva a nivel nacional especialmente por su aroma”.
Parte de la normativa de obtención del Sello de Origen lleva a que los productos deben pasar anualmente por una evaluación química y sensorial que les permita cumplir con altos estándares de calidad, siendo un producto premium elaborado en su origen, Valle del Huasco.
Por su parte el director regional de INIA Intihuasi Edgardo Díaz agregó “El valle del Huasco tiene cualidades excepcionales para la producción de aceite de oliva, calidad que ahora es certificada a través del Consejo Regulador de la Denominación de Origen, lo que se basa en estándares y diversos análisis de laboratorio y de cata que son desarrollados por nuestros especialistas de INIA, comprendiendo las potencialidades de este valle, esperamos que cada vez sean más las empresas que certifiquen su producción”.
Para INIA esta actividad es de gran relevancia dado que viene a complementar el trabajo realizado en el acompañamiento técnico a los productores del valle del Huasco “La información técnica generada por INIA a los largo de su trabajo en el Valle del Huasco acreditó que los aceites producidos en el Valle del Huasco eran diferentes a otra zona de producción” detalló la investigadora Verónica Arancibia.
Posterior a esta actividad y con los resultados de la evaluación sensorial, en conjunto con los análisis químicos de los aceites postulantes al sello, el Comité de Administración en base a lo establecido en el reglamento de uso y control, entregará la certificación a los productores.
Acerca de INIA
El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) es la principal institución de investigación, desarrollo e innovación agroalimentaria de Chile. Vinculada al Ministerio de Agricultura, cuenta con presencia nacional y un equipo de trabajo de más de 1.000 personas altamente calificadas. Ejecuta al año un promedio de 400 proyectos en torno a 5 áreas estratégicas: Cambio Climático, Sustentabilidad, Alimentos del Futuro, Tecnologías Emergentes, y Extensión y Formación de Capacidades. Estas iniciativas contribuyen al desarrollo agroalimentario sostenible del país, creando valor y proponiendo soluciones innovadoras a los agricultores, socios estratégicos y la sociedad, generando una rentabilidad social que varía entre 15% y 25%, por cada peso invertido en cada uno de sus proyectos.