Joven diagüita en San Félix rescata la aromaterapia como medio para dar bienestar y salud
En el jardín de su casa Javiera Robles Carvajal, se preocupa diariamente de ver el estado de sus hierbas medicinales (ruda, laurel, lavanda, canela y romero, entre otras) con las cuales realiza destilación de aceites y esencias. Una tarea que hace cinco años le inquietó y que hoy desarrolla comercialmente.
«Cuando hago destilación la casa se permufa entera. Las propiedades de la ruda, del romero o de la lavanda están en todos lados. Me gusta estar creando, inventando y, en muchos casos, regalando aromas a la gente, porque es una forma de sanar el cuerpo con lo que nos regala la naturaleza».
«Al igual que muchas personas, mi relación con las plantas medicinales una lo vive al principio con el agua de monte que te hace la abuelita para lo cólicos o para el dolor, pero luego me fui dando cuenta que las hierbas sí funcionan para mejorar tu organismo de forma sostenida, siempre que lo hagas con fe en que vas a recibir esa sanación. Encuentro positivo que los organismos públicos como INDAP cada vez más tengan una mirada hacia la agroecología y a prácticas conexas sustentables, que observamos quienes integramos la mesa de jóvenes rurales acá en Atacama, con programas que apunten en esa dirección».
El mundo de las hierbas medicinales ya es parte de la vida de Javiera y lo combina con sus tareas con el cuidado de su hija Amanda y hoy vende aceites, esencias, jabones y cosmética natural a través de sus redes sociales «y qué mejor que hacerlo desde el hogar- agrega- donde estoy tranquila, cuidando de mi hija, teniendo una buena organización del tiempo y disciplina a la vez».
Bienestar y autocuidado
«Si quiero paz hago un sahumerio de romero y lavanda, si quiero abundancia lo hago con canela. Cada hierba tiene una particularidad, por eso estoy casi todo el día preocupada del jardín, podando, regando, manteniéndolas. Si me preguntas si hubo algún momento en que hizo click en mi cabeza hacer aceites y esencias, en estricto rigor, diría que no porque crecí en una casa en que mi mamá y una amiga de ella lo hacían. Ellas me han enseñado todo de este maravilloso mundo medicinal con una mirada ancestral, que tiene el pueblo diaguita».
Javiera no ha descartado en un futuro unir sus conocimientos de aromaterapia con kinesiología o medicina, porque en su afán de dar bienestar a la gente también le gustaría aprender a componer huesos y articulaciones.
Es muy importante la abundancia, tener recursos, progresar en la vida, pero esa es una parte o dimensión. También está el proceso ir constantemente sanando tu cuerpo. Quererse una misma. Si no aprendernos a tener un autocuidado de nuestro cuerpo no funcionamos bien en nuestras vidas», concluye.