Reos de otras regiones del país son trasladados a cárceles saturadas en Atacama

Superan el número de habitabilidad por contrato. Sólo en el establecimiento de Copiapó suman 650 privados de libertad en un recinto con capacidad para 245.

Atacama, dentro de la realidad nacional en materia de hacinamiento en centros penitenciarios, entra en una etapa crítica. Esto, no solo por la sobrepoblación penal que ya arrastraba de hace años, sino porque además el director regional de Gendarmería asevera que además existen traslados de reos pertenecientes a otros recintos, como Alto Hospicio o Antofagasta, hasta los centros de Chañaral, Copiapó y Vallenar, que ya están hacinados.

En ese escenario, el coronel Álvaro Millanao, director regional de Gendarmería en Atacama, puntualizó que “estamos pasando por una situación bastante compleja. Existen traslados de internos que son condenados de otras unidades penales, porque se produce un fenómeno que tiene que ver con lo económico; por el número que existe por contrato con las cárceles concesionadas y eso obliga a trasladar de establecimientos concesionados a centros tradicionales, tal como son los establecimientos de la región. Esto fue abordado ya por el nivel central y también comenzamos a operar con un nivel de descongestión donde estamos partiendo con Chañaral, bajando la cantidad de internos de esa unidad y posteriormente, vendría Copiapó en una segunda etapa de descongestión”.

De hecho, según la autoridad regional de Gendarmería, si bien no existe un número exacto, la prevalencia de reos de otras zonas pertenecen a la comuna de Alto Hospicio en Iquique y de la Región de Antofagasta, “principalmente el riesgo está en la convivencia de la población penal. Aquí hay reos que tratan de sobreponerse a otros internos, de someter a los internos más débiles y eso es lo principal cuando hay un nivel de hacinamiento grande y lo segundo, es la delincuencia que estamos enfrentando hoy día y que el trabajo está direccionado a que bandas criminales se puedan reagrupar dentro de la cárcel y seguir cometiendo delito”, declara Millanao.
La autoridad además reconoce que “en la región contamos con un número aproximado de 200 internos de nacionalidad distinta a la chilena y nosotros los tenemos monitoreados, viendo si pertenecen o no a alguna situación más compleja o si obedece a situaciones delictuales comunes”.

REALIDAD

Según la autoridad regional de Gendarmería, si bien existe un plan de descongestión que comenzaría por el centro de Chañaral – considerando su ubicación en zona inundable y además con una sobrepoblación penitenciaria – para la cárcel de Copiapó y Vallenar, la realidad no varía.

“Nosotros lo que estamos haciendo es descongestionar Chañaral ya que no deberíamos superar los 100 o 120 internos para poder efectuar una evacuación efectiva. Es por eso, que hemos empezado a reducir la cantidad de internos y se autorizó el traslado de 20 internos a otras unidades del país, para empezar a descongestionar esa unidad y dar ese número que no debería superar los 120, que es la cantidad que tiene Chañaral como cota de habitabilidad ya que en el presente hay 160 internos, aproximadamente. Esperamos que, de aquí a fin de año, movamos 20 más y así llegar a 120 y mantenernos en ese número. Posteriormente, viene la unidad penal de Copiapó, en una segunda etapa que lo estamos proyectando para el 2024”.

Gran desafío que queda en este plan de descongestión considerando que, en la cárcel de la capital regional, el número resulta ser el más alarmante de la región. “Los tres establecimientos están sobrepasados y esos, son datos duros que nosotros no podemos desconocer y son situaciones externas las que nos han complicado en ese sentido. Pero el más complejo hoy día por razones de seguridad es Chañaral y luego Copiapó. En el establecimiento de Copiapó son cifras alarmantes porque tiene capacidad para 245 internos y tenemos 650”, sostiene el coronel director de Gendarmería.

Así también en Vallenar existen 305 internos en una cárcel con capacidad de 190. “Estamos también sobrepoblados, sin embargo, la infraestructura del establecimiento de Vallenar nos permite mantener en condiciones adecuadas a la población. Es un establecimiento que está en mejores condiciones y tiene un sistema distinto de seguridad. Por ejemplo, el establecimiento cuenta con cerco eléctrico que eso hace que el perímetro tenga mayor seguridad. Los módulos de reclusión también están en mejores condiciones, entonces si bien hay una cifra de hacinamiento no es alarmante en materia de seguridad porque la infraestructura, nos permite administrar con mejor seguridad”, apunta Millanao.

COLAPSADOS

Lamentablemente, la realidad no es tan contrastada para Vallenar. Para el cabo primero y dirigente de la institución, Camilo Caballero, “quienes representamos a los funcionarios, nos preocupa el nivel de violencia que está llegando por la sobrepoblación y hacinamiento de los internos. Porque en un espacio donde habían 35 o 40 internos; ahora tenemos 80 o más en el centro de Vallenar donde cumplo funciones”.

“La sobrecarga laboral es preocupante y terminamos trabajando más días. Además las condiciones no son muy buenas, por ejemplo en colación nos pagan $3.100 sabiendo que el costo de un almuerzo son mínimo 5 mil pesos y muchas veces estamos comiendo y pasa algo en la guardia interna y tenemos que dejar ese horario de colación olvidado. Y recalcar, que tanto Copiapó y Chañaral no están alejados de esa realidad, porque en Atacama no tenemos la infraestructura para albergar tanto interno y el gobierno hizo un plan de descongestionamiento de las cárceles concesionadas, pero es para no pagar la multa. En el fondo, sacaron de otro lado para rellenar acá”, señala el dirigente de Gendarmería que complementa y contrasta lo señalado por el director regional.

A su vez, coincide que el nivel delictual de reos pertenecientes a otras regiones incrementa esta crisis penitenciaria y las condiciones complejizan más aún la función que realizan. “Los internos duermen con un colchón tirado en el suelo, amarrados las literas en el techo, colgando, algunos duermen de a dos y esto ya se escapa hasta de la autoridad regional donde deben invertir en infraestructura, porque ya vemos que no va a bajar la situación penal, sino que va en aumento”, describe Caballero.

Consignar que según el director regional de Gendarmería, existe un proyecto de ley en el Congreso que avanzó en su última etapa legislativa, que permitiría poder readecuar los espacios de establecimientos penitenciarios que existen en el país y construir otros espacios de reclusión de manera más fácil y directa, pero que aún sigue en espera, al igual que la cruda realidad de las cárceles en Atacama.