¿Qué debemos saber sobre la denominada “bacteria asesina”?
La bacteria denominada como “bacteria asesina” corresponde a una Cocacea Gram positiva que al microscopio se observa de color azul formando cadenas y se denomina Streptococcus pyogenes. Como toda bacteria posee factores de virulencia, siendo uno de los principales la proteína M que se asocia a cepas de Streptococcus pyogenes virulentos. Esta bacteria puede producir varias infecciones en niños y adultos que puede ir desde cuadros clínicos de escasos síntomas o clínica inespecífica hasta formas graves de elevada morbimortalidad.
La infección por Streptococcus pyogenes puede causar varios síntomas, dependiendo del tipo de infección que produzca y órgano afectado.
Algunos de los síntomas comunes de una infección más frecuente por Streptococcus pyogenes: faringitis que incluye síntomas como la fiebre, dolor de garganta o al tragar, y agrandamiento de ganglios del cuello. En el caso de las infecciones superficiales de la piel, se puede presentar: fiebre, dolor localizado en una zona, enrojecimiento y, si progresa, ampollas pequeñas y algunas costras.
Las infecciones que produce esta bacteria pueden ir desde una Faringitis que se presenta preferentemente en niños entre 5 a 15 años. Escarlatina que es una de las complicaciones de las infecciones por Streptococcus pyogenes, producida por una cepa de esta bacteria que produce toxina eritrogenica. También podemos encontrar enfermedades post infección por Streptococcus pyogenes como son la Fiebre reumática y Glomerulonefritis postestreptocócica que son poco comunes y se producen después de una infección en la garganta o la piel
Finalmente tenemos las infecciones invasivas, que, en casos más graves, las bacterias pueden entrar al torrente sanguíneo y provocar infecciones graves y potencialmente mortales como sepsis o fascitis necrosante que es una infección de tejidos blandos profundos
Algunas personas pueden presentar infecciones más graves porque existen bacterias con una mayor capacidad invasora, capaces de liberar toxinas desencadenando el llamado síndrome de shock tóxico por Streptococcus, además, podría ser que, algunas personas puedan tener factores de riesgo que bajen las defensas y favorezcan la invasión de la bacteria como, por ejemplo: infecciones virales o bacterianas previas (varicela, infecciones de piel, etc.) o enfermedades que disminuyan las defensas.
Streptococcus pyogenes coloniza la orofaringe de niños y adultos jóvenes, existiendo aproximadamente entre un 15-20% de portadores, es decir, que lo pueden tener en su garganta sin producir ninguna infección y desde ahí se puede transmitir a otras personas por contacto cercano. También podemos encontrar portadores a nivel de la piel.
No todas las infecciones por Streptococcus pyogenes causan complicaciones, y la mayoría de las infecciones se pueden tratar con antibióticos para prevenir complicaciones graves.
Es importante consultar cuando se presenten los síntomas y se sospecha de la infección para tener el tratamiento adecuado que debe ser prescrito por un médico. En este sentido, se recomienda no automedicarse, ni abandonar los tratamientos con antibióticos.
Algunas recomendaciones son lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón y al toser o estornudar hacerlo con el pliegue del codo o con pañuelo desechable para evitar el contagio con otra persona.