CChC proyecta que inversión en construcción crecerá 2,2% en 2025 y 4,8% en 2026

CChC proyecta que inversión en construcción crecerá 2,2% en 2025 y 4,8% en 2026
La Cámara Chilena de la Construcción (CChC) proyectó que la inversión total en construcción crecerá un 2,2% durante 2025 y un 4,8% en 2026, marcando el inicio de una recuperación gradual del sector tras dos años consecutivos de cifras negativas. Así lo revela el último Informe Macroeconomía y Construcción (MACh), que entrega un balance del año y las perspectivas para la industria en un escenario aún marcado por restricciones fiscales y una lenta reactivación de la inversión privada.
El estudio advierte que la recuperación estará fuertemente impulsada por la infraestructura productiva, particularmente por los sectores minero y energético, que concentran el grueso de la inversión proyectada para los próximos años. Solo en 2025, la minería explicará el 56,9% de la inversión productiva nacional, mientras que el sector energía concentrará un 15,6%, configurando un escenario altamente favorable para regiones como Atacama, donde ambos rubros son pilares del desarrollo productivo, la generación de empleo y la demanda por infraestructura habilitante.

Infraestructura: motor de la recuperación
Durante 2025, la inversión total en infraestructura crecerá 3,3%, impulsada por un aumento de 5,5% en infraestructura productiva, asociada a minería, energía, puertos, servicios sanitarios y proyectos industriales, mientras que la infraestructura pública crecerá solo 0,6%. Para 2026, la infraestructura productiva más que se duplicaría, con un incremento de 13,6%, contrastando con una contracción de 5,1% en infraestructura pública, producto de los recortes contemplados en la Ley de Presupuestos. En su conjunto, la inversión en infraestructura crecería 5,5% el próximo año.
Vivienda: señales de estabilización
En vivienda, la inversión total cerrará 2025 con un crecimiento marginal de 0,1%, explicado por un alza de 5,7% en vivienda pública y una caída de 2,3% en vivienda privada. Para 2026, la inversión en vivienda pública crecería 11% y la inversión privada reduciría su contracción a 0,1%, acompañada de un fuerte repunte en la venta de viviendas, que aumentaría 30% anual a nivel nacional, impulsada por el subsidio a la tasa hipotecaria.
El presidente nacional de la CChC, Alfredo Echavarría, sostuvo que “en 2026 podría comenzar un período de crecimiento integral de la construcción, incluso en un escenario de fuerte restricción fiscal. Pero para ello se necesita seguir apoyando al sector inmobiliario, privilegiar la inversión por sobre el gasto corriente y hacer del crecimiento económico una causa nacional, porque es clave para el desarrollo sostenible del país”.
Echavarría advirtió además que los recortes presupuestarios y los atrasos en los pagos representan un riesgo para la continuidad de proyectos y la estabilidad de la cadena de valor del sector.
Por su parte, Nicolás León, gerente de Estudios y Políticas Públicas del gremio, explicó que la infraestructura productiva “mueve mayoritariamente la aguja de la inversión en construcción”, especialmente en minería, energía y ampliaciones industriales, agregando que los instrumentos de subsidio a la tasa han comenzado a reactivar la demanda habitacional.
2027: el ciclo de mayor impacto
Desde la CChC también se advirtió que el ciclo de mayor impacto para la reactivación podría concentrarse a partir de 2027, considerando que existen 25 proyectos de concesiones ya adjudicados, por cerca de US$10.000 millones, que podrían iniciar obras entre 2027 y 2028 si se activan oportunamente los instrumentos de aceleración disponibles. Para regiones como Atacama, este paquete de iniciativas representa una oportunidad estratégica para impulsar empleo, fortalecer encadenamientos productivos y mejorar la infraestructura habilitante para la minería, el turismo y la logística regional.
MIRADA REGIONAL
Desde la región de Atacama, el presidente de la CChC regional, Cristian Alzamora Zepeda, valoró el cambio de escenario, pero advirtió que la recuperación debe reflejarse con fuerza en los territorios.
“Valoramos las señales que apuntan a un mejor escenario hacia 2026, pero para que ese crecimiento sea realmente integral debe expresarse con fuerza en las regiones. En zonas como la nuestra, la inversión en infraestructura pública y productiva no solo dinamiza la construcción, sino que tiene un impacto directo en el empleo, la conectividad y el desarrollo local”.
Finalmente, el líder regional agregó: “Nos preocupa que las restricciones fiscales y los problemas de ejecución presupuestaria terminen profundizando brechas. Para Atacama es clave asegurar la continuidad de los proyectos, el cumplimiento oportuno de los pagos y una priorización efectiva de la inversión por sobre el gasto corriente, especialmente en áreas estratégicas como vialidad, agua potable rural e infraestructura habilitante para el turismo y la actividad productiva, resguardando además la correcta formulación, evaluación y priorización de iniciativas a través del Sistema Nacional de Inversiones (SNI), de modo que los proyectos estratégicos de la región no se sigan postergando”.
Según el informe MACh, la inversión total en construcción pasará de un crecimiento de 2,2% en 2025 a 4,8% en 2026, configurando un escenario que, de consolidarse, permitiría recuperar parte del empleo perdido en los últimos años, fortalecer la cadena productiva del sector y reactivar la economía regional y nacional, en un momento clave para la materialización de proyectos estratégicos y la reducción de brechas de infraestructura a lo largo del país.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.