Criancera de Vallenar apuesta por el mercado que quesos de cabra.

Paula Riquelme es contadora auditora y vive en la cercanías de ex mineral Camarones al sur de Vallenar. Hija de esforzados criadores de ganado menor que se instalaron hace poco más de cuarenta años en el sector, esta profesional cambió la contabilidad por ayudar a sus padres con las cabras sin sospechar que al volver a su hogar su vida iba a cambiar por completo.
 
De su vuelta a su majada ya han pasado cuatro años, pero no en vano. Hoy Paula Riquelme apoyada por el INDAP está a un paso de conseguir la resolución sanitaria que le permitirá dar un salto cualitativo en la economía del hogar. “Nosotros con mi papá hacíamos el queso como lo hacen casi todos por estas localidades, pero un día un amigo me dijo o me tomaba esto como un hobby o como un negocio. Hasta ese minuto esto yo lo hacía como un pasatiempo, y como soy contadora comencé sacar las cuentas con la venta de los quesos y me di cuenta de que los números sí me daban para hacer de esto un negocio” comenta. 
 
La productora señala que al principio fue super difícil integrar actividades que no todo el mundo hace con las cabras, como por ejemplo comenzar a mejorar genéticamente los animales comprando machos reproductores en otras regiones para cruzarlos con las cabras que teníamos y con la idea firme de hacer una quesería aquí en la majada. 
 
“Uno tiene que ir quemando etapas en cualquier negocio, porque no todo se da tan rápido. Por ejemplo cuesta tener un ganado más o menos parejo donde tú sabes que todas las cabras son lecheras, porque hay que programar las ordeñas y para hacer queso debes siempre tener un mínimo constante de materia prima”, señala.
 
Pero los estudios también le han dado a Paula la disciplina y claridad que la han convertido al día de hoy en una obsesiva de su emprendimiento. “Quiero tenerlo todo bajo control, desde el manejo de los animales hasta pulir la técnica para hacer queso con un mejor calidad y para diferentes paladares. Mi meta es poder estar vendiendo una línea de quesos a los restaurantes gourmet en la Provincia de Huasco y luego expandirme a otras regiones. Me gusta saber el peso de mis animales, controlar la dieta o conocer el ciclo reproductivo de todo el rebaño, de tal modo que “estadísticamente» no se me escape nada al momento de hacer alguna cambio o intervención.
 
Si retrata de lecciones en lo que va recorrido el negocio familiar Paula ya tiene su propia receta “en esto de las cabras y el queso a uno tiene que gustarle los animales, tiene que capacitarse, estudiar e ir aplicando lo que a uno le enseñan pero por sobre todo debe haber el apoyo de la familia o de los que están cerca de uno”. 
 
La líneas de queso de Paula hoy llevan la marca RB que también tiene su historia “recuerdo que llegó el momento de ponerle nombre a los quesos y tuvimos una pequeña discusión entre mi papá y mi mamá. Uno quería llamarlo solamente Riquelme y mi madre ella quería Bordones, así que para no provocar mayores conflictos dejamos los dos apellidos en la etiqueta.
 
En 2017 el Instituto de Desarrollo Agropecuario, INDAP, le adjudicó a Paula Riquelme proyectos de fortalecimiento productivo para levantar una sala de procesos que cumpla con los requerimientos de la autoridad sanitaria, con una sala de manejo y otra de envasado además de contar con elementos de higiene para obtener la mayor inocuidad en la producción de quesos; hoy ya en pleno 2018 Paula y sus padres sienten que les queda poco para lograr el tan anhelado sueño de formalizar el negocio familiar donde espera dejar en alto el nombre de los crianceros de AguaAmarga y Camarones en Atacama y  del país.