En la localidad, se están realizando investigaciones científicas y también, actividades turísticas en torno a estos mamíferos marinos.
En la localidad, se están realizando investigaciones científicas y también, actividades turísticas en torno a estos mamíferos marinos.
La localidad de Chañaral de Aceituno, ubicada en la Región de Atacama es un lugar privilegiado para el avistamiento de ballenas, animales que llegan en búsqueda del abundante alimento que existe en esta zona. La presencia de estos colosales mamíferos marinos ha hecho posible el desarrollo de emprendimientos turísticos que ofrecen la experiencia de observar a ballenas fin, azules, sei y jorobadas.
Las ballenas han tomado gran relevancia para esta caleta de pescadores, por lo que cada 19 de febrero se celebra el Día de la Ballena, oportunidad en que se reúne la comunidad para compartir sus conocimientos sobre estos cetáceos y también científicos dedicados a su estudio se hacen parte de esta celebración para aportar sus perspectivas.
En esta ocasión, se sumaron los doctores Carlos Olavarría (CEAZA) y Susannah Buchan (CEAZA-COPAS Coastal), destacados científicos con una extensa trayectoria en aspectos ecológicos y biológicos de ballenas en Chile y el mundo, que junto con desarrollar su carrera científica han tendido puentes con las comunidades de los territorios en los que realizan sus estudios.
El Dr. Carlos Olavarría, director ejecutivo del Centro Científico CEAZA, detalla que “en el Día de la Ballena dimos a conocer las investigaciones desarrolladas en el año 2024, en las que se identificó un cañón submarino que está cerca de la isla Chañaral y su vinculación con la alimentación de las ballenas fin. Con ecosondas localizamos donde existían mayores concentraciones de krill, un pequeño crustáceo que es la principal fuente de alimentación de las ballenas fin que llegan hasta el archipiélago de Humboldt. Uno de los lugares donde había bastante concentración es un sector cerca de la isla, donde se encuentra este cañón submarino, el cual favorece las condiciones para mayor presencia de las presas de las ballenas”, explica el especialista en mamíferos marinos.
“También comentamos en nuestra exposición que la CONAF tiene una aplicación que se llama Smart y allí los operadores turísticos registran a las ballenas que observan, siendo también el área del cañón la que ha registrado mayor número de ejemplares”, indicó el especialista.
Próximas investigaciones
El científico anunció a los participantes de la actividad, que pronto iniciarán un estudio que les permitirá seguir avanzando en el conocimiento sobre la ecología trófica de las ballenas en el sector, pero también aspectos oceanográficos de las áreas donde se encuentran las ballenas. “Le contamos a la comunidad que en marzo comenzaremos una nueva investigación en colaboración con el Centro COPAS COASTAL, gracias a un fondo de ANID para financiar embarcaciones adecuadas para monitorear datos del océano, lo que nos permitirá comprender más sobre el comportamiento de las ballenas asociado a parámetros como temperatura del mar, oxígeno, clorofila, fosfato, nitrito, nitrito, silicato, carbono, fitoplancton, entre otros. Asimismo, continuaremos con los marcajes de ballenas, para conocer sobre los movimientos y los desplazamientos de estos animales. El marcaje se realiza mediante marcas que se adhieren temporalmente a la piel y grasa de las ballenas, y que nos permitirá conocer los movimientos en pequeña escala y sus patrones de buceo, y además movimientos migratorios y vínculos con otras áreas del Pacifico Sur y Océano Austral”.