Corproa solidariza con empresarios afectados por temporal y pide restaurar montos comprometidos por autoridad en 2015
Ante los últimos acontecimientos producidos por el nuevo frente climatológico que afectó a la región el fin de semana pasado, el Presidente de la Corporación para el Desarrollo de la Región de Atacama, Daniel Llorente, Junto al Directorio de CORPROA, agradecen que no se registraran víctimas fatales que lamentar en la región.
Sin embargo, la corporación ve con angustia y preocupación el gran daño que las crecidas de ríos y desbordes de quebradas, provocaron en los bienes de las familias y personas atacameñas, miles de sus viviendas, bienes públicos y la infraestructura privada en distintos lugares de Atacama.
Asimismo, la CORPROA expresa su más profunda solidaridad para con los empresarios socios de la corporación que fueron afectados y extiende su mensaje de respaldo a todas las empresas, emprendedores y unidades productivas –de todos los tamaños- que se vieron dañadas por la fuerza de la naturaleza, adicionando un mayor golpe a la productividad regional.
Situación a la que debe sumarse la desaceleración económica de los últimos años que ha sido más pronunciada en la Región de Atacama comparada con la media nacional. Cabe consignar que mientras en los años 2014 y 2015 el PIB del país creció 1,9% y 2,3% respectivamente, la Región de Atacama presentó variaciones de -7,1% y 0,5%, solo por citar algunas cifras.
Por lo anterior, la CORPROA reitera la necesidad de apurar el proceso de reconstrucción post 25M, a lo que debe adicionarse un plan concreto de corto, mediano y largo plazo que incorpore los perjuicios ocurridos en mayo de 2017. En este sentido, entendemos que los US$ 1.500 millones comprometidos por el Gobierno Central en 2015 es una cifra clave para levantar Atacama nuevamente, tomando en cuenta el grado de destrucción registrado en la región en apenas dos años. Por esa razón, instamos a la autoridad a restituir ese monto de recursos que debe ocuparse en obras mayores en los focos más estratégicos de peligro en la región, así como apoyar a las familias más afectadas a rehacer sus vidas en su tierra atacameña.
Finalmente, ante la urgencia que vivimos todos, solicitamos unidad público-privada y, de parte del Estado, acelerar los estudios y las decisiones de obras de mitigación en cuencas y quebradas. En definitiva, transformar estas catástrofes en oportunidades para la región con la idea que ya compartimos en 2015: «Construir un Nuevo Atacama».