Resultados educativos 2018: “Esfuerzo, altas expectativas de los estudiantes y asistencia a clases mejoran el aprendizaje”
“Los estudiantes que se esfuerzan, que van a clases, y tienen altas expectativas muestran mejores resultados en sus aprendizajes”, con estas palabras la ministra de Educación, Marcela Cubillos dio a conocer los resultados del Simce 2018. Esto es evidente al compararse y relacionarse los resultados del Simce con los Indicadores de Desarrollo Personal y Social que son los que aportan a la construcción de una mirada amplia de calidad, valorando aspectos no académicos y socioemocionales. “Los estudiantes que se reconocen como alguien que se esfuerza, alcanzan mejores resultados de aprendizaje: en 6° básico hasta 21 puntos más en lectura y hasta 18 puntos más en matemática”, agregó la Ministra de Educación destacando que “el sistema educacional debe valorar y reconocer el esfuerzo de los estudiantes porque tiene impacto directo en la calidad de la educación”.
La secretaria de Estado, junto al Secretario Ejecutivo (s) de la Agencia de Calidad de la Educación, Juan Bravo, presentaron los Resultados Educativos 2018, que incorporan las evaluaciones Simce para los niveles de 4° y 6° básico y II medio y los Indicadores de Desarrollo Personal y Social.
A nivel general los resultados muestran que en los últimos años no existe una variación significativa en torno a las evaluaciones educativas anteriores, sin embargo, se observan avances en los niveles de aprendizaje de Lectura en 4° básico.
En la región, la Seremi Silvia Álvarez destacó los resultados a nivel nacional, sin embargo, hizo un llamado a mejorar “la calidad de nuestros aprendizajes y ahí deben centrarse nuestros esfuerzos. Como región tenemos importantes desafíos. Los resultados educativos 2018 nos dicen que nos estamos quedando atrás en los aprendizajes”.
Del mismo modo, agregó: “desde la política pública y cada comunidad educativa debemos trabajar para que cada niño, niña y joven de la región alcance aprendizajes de calidad. En esta tarea todos tenemos que aportar: nosotros como autoridades, los sostenedores, directivos, profesores, estudiantes y padres y apoderados.
Pese a esto, hoy contamos con una buena noticia: “en Comprensión de Lectura aumentó el porcentaje de estudiantes en el nivel de aprendizaje adecuado en 4° y 6° básico”.
Indicadores de Desarrollo Personal y Social
Los Indicadores de Desarrollo Personal y Social aportan a la construcción de una mirada amplia de calidad, valorando aspectos no académicos y socioemocionales. Éstos son elementos clave para la gestión educacional y contribuyen al mejoramiento de la calidad de la educación. La Agencia de Calidad evalúa desde 2014 la autoestima académica y motivación escolar, la convivencia escolar, la participación y formación ciudadana y los hábitos de vida saludable.
En motivación escolar el grupo socioeconómico (GSE) bajo destaca, tanto en básica como en media, y también obtiene mejores resultados de participación y sentido de pertinencia. Por otra parte, el GSE alto destaca en el ítem de ambiente seguro, hábitos alimenticios y de autocuidado.
En la mayoría de los indicadores no se aprecian diferencias de género, salvo en Hábitos de vida saludable, donde las mujeres de 4° básico tienen mejores resultados que los hombres.
Factores asociados al aprendizaje
A partir del análisis de los Cuestionarios de Calidad y Contexto de la Educación se identificaron factores asociados al aprendizaje y al desarrollo integral de los estudiantes. Esta información nos entrega pistas de qué acciones de la familia y la escuela pueden aportar a la mejora de resultados educativos.
Se destacan dos factores principales que fomentan mejoras en el aprendizaje:
Valoración de la asistencia. El análisis muestra que la valoración y compromiso con la asistencia a clases se asocia a mejores resultados educativos en educación básica. La presencia de los estudiantes en la sala de clases constituye una condición clave para el desarrollo de habilidades, conocimientos y actitudes. El desafío para las familias, docentes y directivos es dotar de sentido la experiencia escolar para que los estudiantes se den cuenta que cada día que asiste a su colegio puede marcar la diferencia.
Perseverancia. Este es un atributo central en la formación socioemocional y puede considerarse como una habilidad del siglo XXI asociada a mejores resultados educativos. Se entiende como un estudiante perseverante aquel que se esfuerza por aprender, que cuando se equivoca no pierde su entusiasmo y cuya familia lo ayuda a ver los fracasos y tropiezos como un factor que facilita el aprendizaje.
La perseverancia se vincula, además, con la mentalidad de crecimiento, ya que creer que uno puede aprender cosas nuevas potencia el compromiso a perseverar ante los obstáculos que se presentan en el proceso de aprendizaje.
Los estudiantes que se reconocen como alguien que se esfuerza, alcanzan mejores resultados de aprendizaje: en 6° básico hasta 21 puntos más en lectura y hasta 18 puntos más en matemática.
Altas expectativas. Cuando padres y profesores depositan altas expectativas en los estudiantes se observan mejores resultados de aprendizaje. Por ejemplo, en Matemática 4° básico obtienen hasta 19 puntos más; en 6° básico hasta 23 puntos más y en II medio hasta 39 puntos más.El estudiante que alcanza mejores resultados de aprendizaje y desarrollo integral es aquel que tiene altas expectativas respecto a su educación y que recibe la confianza y el refuerzo positivo de su familia y de sus profesores.
Primer Estudio Nacional de Formación Ciudadana: El 80% de los estudiantes de Chile se muestran favorables hacia la equidad de género, migración, grupos étnicos minoritarios y diversidad sexual
Junto con el Simce 2018, se presentaron los resultados del Primer Estudio Nacional de Formación Ciudadana que consta de tres dimensiones: Conocimiento Cívico, Actitudes y Valores Democráticos y Disposición a Participar en una Democracia. La información entregada permite fortalecer la implementación de la Ley de Formación Ciudadana.
En “Conocimiento Cívico”, 7 de cada 10 estudiantes logra reconocer que votar de manera informada es parte de la participación responsable y que la directiva de curso es una organización democrática representativa.
El conocimiento cívico de los estudiantes muestra además brechas significativas según género y grupo socioeconómico. Las mujeres obtienen 506 puntos promedio en la prueba, mientras que los hombres 465. Y estudiantes de establecimientos del grupo socioeconómico (GSE) alto obtienen 532 puntos promedio, mientras que estudiantes de colegios de GSE bajo obtienen 433 puntos promedio.
En “Actitudes y Valores Democráticos”, 8 de cada 10 estudiantes presenta actitudes favorables hacia la equidad de género y hacia inmigrantes, grupos étnicos minoritarios, y de la diversidad sexual. La gran mayoría de jóvenes de 8º básico respetan y valoran la diversidad en una sociedad democrática.
En la valoración de la democracia, la mayoría de los estudiantes está de acuerdo con sus principios, como la libertad de expresión, el fomento de la igualdad entre personas y la creencia de que las democracias son la mejor forma de gobierno porque aseguran la participación. Sin embargo, resulta preocupante que 1 de cada 3 estudiantes no considera que la democracia sea la mejor forma de gobierno.
En torno a la resolución pacífica de conflictos en una sociedad democrática, la mayoría de los estudiantes está de acuerdo con que la paz solo se logra por medio del diálogo y la negociación. Sin embargo, aproximadamente 1 de cada 3 estudiantes está en desacuerdo con esa afirmación y considera que la violencia o la fuerza física son medios para lograr lo que uno quiere.
En “Disposición a participar”, los estudiantes de 8° básico presentan una alta disposición, si se compara con la participación de sus apoderados y las tasas de participación.
En términos de participación formal, 7 de cada 10 estudiantes señalan que cuando adultos probablemente o de seguro votarán en elecciones municipales o presidenciales.
A pesar de esta alta expectativa de participación, en esta dimensión de la formación ciudadana también se observan brechas según GSE, especialmente con relación a las expectativas de participación formal. Por ejemplo, 9 de cada 10 estudiantes de establecimientos de GSE alto señalan que es probable que cuando adultos voten en elecciones presidenciales, mientras que solo 6 de cada 10 estudiantes de establecimientos de GSE bajo tiene esa expectativa.