Todo un éxito los “Trabajos Voluntarios de Invierno en Tierra Amarilla” de Santo Tomás

Estudiantes de las sedes de Copiapó, Ovalle y La Serena mejoraron cinco viviendas de adultos mayores y modernizaron las dependencias del Centro Terapéutico Anawin.

Durante esta semana 30 jóvenes, todos ellos estudiantes de diversas carreras de Santo Tomás, provenientes de las sedes de Ovalle, La Serena y Copiapó fueron parte de los “Trabajos Voluntarios de Invierno, Tierra Amarilla 2022”, los que contaron con el aporte de la Empresa Minera Pucobre, con el apoyo de Kamanga y la colaboración del Hogar de Cristo.

Sobre estos trabajos, Daniela Mazuela de Psicopedagogía de la sede de Ovalle, comentó que “fue una experiencia realmente maravillosa, enriquecedora, ya que no hay nada más bonito que poder ayudar a los demás y poder sentir esa gratitud, ese cariño que también ellos nos entregan y poner el corazón donde uno va a ayudar. Lo más bonito es dejar una huella en las personas”.

En tanto, Paulina Fernández, estudiante de técnico en Enfermería mención Terapias Complementarias de la sede Copiapó, manifestó que “era mi primera experiencia en el tema de voluntariado y fue fenomenal, muy bien, porque uno ve el cambio, ve a la gente que te va diciendo que va quedando muy bonito y eso a uno le da una sensación de gratitud, de bienestar”.

Adultos Mayores

Además, del aporte entregado por estos estudiantes al Centro Terapeútico Anawin, cinco viviendas de adultos mayores de Tierra Amarilla fueron beneficiadas con estos trabajos, los que principalmente correspondieron a mejoras en las fachadas, cambios de marcos o puertas apolilladas y la construcción de una rampa para una persona que se moviliza en silla de ruedas, entre otros.

Al respecto, Manuel Hernández Toro, hijo de una de las personas beneficiadas, indicó que “me pareció muy bien todo esto, la casa de mi mamá quedo bonita. Me alegro mucho por las niñas que hicieron el trabajo que consistió en pintar la fachada de la casa y arreglaron el marco de la ventana que estaba muy malo”.

Por su parte, la señora María Hortensia Oyarce, a quien le pintaron la fachada de su casa y le arreglaron el techado del patio, señaló que “con esto estoy feliz, está muy bien hecho, muy bonito. Ahora voy a echar de menos a los jóvenes, fueron como unos hijos para mí. Muy respetuosos y respetuosas, me acompañaron mucho”.

Recordemos que el objetivo de estos trabajos de voluntariado es la convivencia e interacción social entre los estudiantes y la comunidad, ejecutando intervenciones a través de proyectos realizados por las propias alumnas y alumnos.