Un nuevo repunte del guanaco en Pan de Azúcar

Tras el último censo de guanacos realizado en el Parque Nacional Pan de Azúcar, los guardaparques contaron 81 individuos, más de lo observando en los censos invernales anteriores, salvo el 2012.

Luego de una jornada intensa de preparación, en que los guardaparques y algunas ayudas adicionales se aprestan para comenzar el censo invernal de guanacos en Pan de Azúcar, se dio inicio a este ejercicio de monitoreo a una especie emblemática de la región y que además se encuentra en categoría de conservación Vulnerable.

El Parque Nacional Pan de Azúcar tiene una superficie de 43,754 hectáreas, por lo tanto para facilitar la operación se dividen tres sectores de muestreo, cada uno con su recorrido programado para cada jornada. Estas se dividen en 14 transectas o recorridos a pie –las mismas usadas en censos anteriores-, de esta forma se mantiene actualizada la base de datos existentes y se analizan los datos obtenidos, los que serán utilizados en la toma de decisiones en la gestión que se realiza en la unidad.

José Luis Gutiérres, administrador del parque, detalla la metodología utilizada y al respecto afirma que “en la oportunidad se relevó la experiencia de los guardaparques, que nos orientó a iniciar la jornada más tarde, lo que se vio reflejado en el monitoreo de ocupación del territorio; y también se utilizó la metodología de cuadrantes la que fue bien acogida por el personal y se continuará con su implementación”.

RECORRIDOS

El primer día parten los grupos a recorrer el sector sur del parque, José Luis Gutiérrez, lo hace acompañado de Elizabeth Zúñiga, operadora turística de Chañaral que lleva años participando de los censos y dos personas más con quienes se dirige a la quebrada de Peralillo. El sector está más cercano a Chañaral y su meseta se caracteriza por la concentración de cactus Copiapoa cinérea de la variedad columna alba, los cuales crecen orientados hacia el norte.

Pese a que no se pudo observar ningún ejemplar del camélido, se registró la presencia de aves rapaces como es el caso del pequen, que anida bajo tierra y que curiosamente observaban la presencia de los intrusos, pues debido al estado de caminos se pudo determinar que el sector no es recorrido con frecuencia. El registro del primer día sin guanacos, solo pisadas.

En los cuatro días sucesivos se corrió con mejor suerte, el resultado final fueron 81 individuos avistados, cantidad comparable con el invierno de 2012, que tras un desierto florido se avistaron 123 individuos, mientras que durante los años que siguieron esa cantidad había disminuido a la mitad.

“Durante el monitoreo pudimos observar la presencia de perros actuando en el territorio, lo que se asocia también al horario de realización del censo, se observó a tres perros en el sector de Aguada Las Chilcas de estos dos pudieron ser fotografiados y cotejados con el catastro de perros con que cuenta la unidad, llegándose a la conclusión que con anterioridad habían sido observados en la caleta”, afirma José Luis Gutiérrez quien da cuenta de un problema que está afectando a las poblaciones de guanacos desde hace bastante tiempo.

“Otro punto importante es que la mayoría de poblaciones de guanacos observadas se encuentran asociadas al farellón costero que se extiende desde la caleta pan de azúcar hasta las lomitas encontrándose rastros reciente de ocupación territorial en los más de 23kms de recorrido que se realizan sobre este componente de la geografía de la unidad”, puntualizó Gutiérrez.

CENSOS DE GUANACOS

El censo de guanacos se realiza en cada área protegida de la región dos veces al año, en la temporada estival y en la invernal, con el objeto de determinar las tendencias en el número de guanacos avistados siguiendo siempre la misma metodología y los mismos recorridos.

Durante este conteo se registran datos importantes para la ecología de la especie como el tamaño del grupo familiar, la proporción de machos y hembras y de adultos y juveniles o crías. Esta información proporciona antecedentes sobre la forma en que los grupos de guanacos hacen frente a las condiciones naturales y antrópicas presentes en el territorio.

Naturalmente las poblaciones de guanacos están modeladas por la presencia de agua en forma de lluvia y de camanchaca, lo que se ve reflejado en mayores reportes de la especie en años de lluvia y en las zonas donde la niebla costera se presenta de forma más frecuente.

A estas variables climáticas se debe sumar la presión que ejerce el hombre sobre las poblaciones de guanacos y que tienen relación con la cacería ilegal y la presencia de perros. Estos animales en ocasiones tienen dueño y para el caso de la cacería ilegal son el principal mecanismo de captura de guanacos. También existe la presencia de perros asilvestrados, que han adquirido la condición feral como mecanismo de supervivencia luego de ser abandonados en el desierto.

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