Productor de pajarete en El Churcal, Alto del Carmen, obtiene Medalla de Oro en concurso internacional de vinos
Estudió auxiliar de enfermería y dedicó 37 años de trabajo en atención de salud en Pedro de Valdivia, Chuquicamata, y Antofagasta. Sin embargo la vida para Gualner Ávalos tomó un segundo aire cuando llegó de vuelta a su tierra natal El Churcal, en Alto del Carmen. A tal punto que hoy este enfermero jubilado y ahora pequeño productor de pajarete y cocktail de uva acaba de recibir una Medalla de Oro en el afamado concurso Cata´Dor Wine Awards 2019, Santiago, por su pajarete Moscatel de Alejandría reserva 2016, categoría vino campesino.
A la entrada de su casa aparecen algunos Churques o Espinos -árboles nativos de la zona- que dan vida al sector donde se emplaza el predio. “Esta parte del valle hace unos doscientos años estaba lleno de Churques, así que la gente comenzó a decirle a este sector El Churcal”, señala Gualner Ávalos mientras enseña a su bodega de vinos.
Ya sea por su dedicación y entrega al cuidado de las personas o por la lucha constante por superarse, este emprendedor vio en la agricultura una oportunidad para continuar con lo que abuelos, padres y tíos tenían en el valle. “Desde los 15 años comencé a trabajar en la pampa porque acá se llegaba hasta sexto año de humanidades, y no había posibilidad de seguir estudiando acá. Mi padre falleció cuando yo tenía 5 años así que desde pequeño tuve que ganarme la vida y luego decidí estudiar una profesión”. Cuenta que comenzó a trabajar con las recordadas libretas del seguro social en el norte y que esa labor la complementó estudiando, hasta que en 1964 tuvo su primer trabajo como enfermero en la oficina salitrera de Pedro de Valdivia.
Gualner Ávalos sólo atesora gratitud por haber logrado un reconocimiento a sus últimos 15 años de trabajo, ahora, como agricultor familiar. “Recibí la noticia del premio con mucha emoción al mismo tiempo que con humildad, porque realmente es un apoyo al esfuerzo en todo este tiempo. También lo recibo con alegría porque me gustaría seguir perfeccionando mis vinos y que la gente venga a probar los sabores de El Churcal”.
Este agricultor proyecta el futuro del valle en base a la historia e identidad que le han dado vida en todos estos siglos. “El pajarete tiene 500 años de vida. Lo trajeron los jesuitas desde España y acá en el valle lo introdujeron en el sector de El Maitén, entonces es un producto que tiene una identidad muy fuerte en los habitantes de Alto del Carmen”, apunta.
Con el paso del tiempo la uva de Gualner también ha dado paso a la fabricación de otros productos derivados en el caso de los licores que este pequeño agricultor desea rescatar. “Quizá lo próximo que produzca sean apiados, enguidados o el agua ardiente para que las nuevas generaciones también conozcan estas preparaciones de antaño y las hagan sus preferidas”.
Junto a la producción de vinos Gualner Ávalos también guarda otro tesoro. “Con mi esposa también tenemos alojamiento con hostal donde nosotros mismos atendemos a los pasajeros, y les preparamos platos a base de carnes maridadas con pajarete. Tenemos 16 habitaciones para recibir a 40 personas durante todo el año que las hemos construido desde que llegamos de Antofagasta y aprovechamos la energía solar que es privilegiada en Alto del Carmen para que los baños tengan agua caliente”.
“Indap me apoyó en muchas etapas desde que volvimos del norte; y lo último fue un proyecto de estanque acumulador con riego por goteo para aumentar el volumen de producción del parronal. Con ello esperamos que en verano aumentemos la venta de pajarete. No sé hasta cuándo me den las fuerzas para seguir adelante. Pero si depende de mí quiero seguir adelante y ojalá que mis nietos o alguien de mi familia pueda retomar esto del pajarete que es algo muy bonito y gratificante, que somos privilegiados de poder hacer”.
Hoy Gualner Ávalos también sigue recibiendo a los vecinos de El Churcal para suturar algún punto o una realizar alguna curación, lo que aprovecha para revivir sus conocimientos de enfermero. Y lo hace con cariño para seguir ayudando a los vecinos. El mismo que ha tenido para continuar produciendo sus premiados vinos.