Quínoa, el súper alimento que gana espacio en la región de Atacama
No muchos lo saben, pero la quínoa, quinua o kingua contiene gran parte de los nutrientes, vitaminas, minerales, aceites y aminoácidos esenciales que el organismo requiere. Además, es una especie que presenta una alta capacidad para tolerar condiciones de estrés hídrico y salino, atributos muy valorados por los agricultores. Por esta razón, este cereal empieza a mostrar cifras sorprendentes en casi todo el planeta, sobre todo en las economías locales. En Chile no es la excepción, y por ello INIA se ha encargado de mejorar e impulsar su producción en diferentes zonas, donde la región de Atacama ocupa un lugar protagónico.
A partir de las actividades de regeneración de las colecciones presentes en el banco base de semillas de INIA, ubicado en Vicuña, se inició un programa de selección y mejoramiento genético de quínoa. Este programa tiene como objetivo desarrollar genotipos de alto rendimiento potencial, adaptados a las diferentes zonas del país, tolerantes a plagas y que cumplan con las exigencias de calidad del mercado nacional e internacional.
Existe un enorme potencial para la introducción de quínoa en regiones con necesidades de diversificación de cultivos, y con problemas de disponibilidad hídrica, tanto para la generación de proteína como de otros compuestos funcionales, gracias a las características de sus semillas como fuente alimenticia. Es el caso de la región de Atacama, donde a través del proyecto “Quínoa atacama: determinación y caracterización de genotipos elite para incrementar el uso de quínoa en condiciones de restricción hídrica y salina” se entregarán alternativas productivas para los productores regionales. El proyecto es encabezado por el investigador INIA Andrés Zurita y financiado con Fondos para la Innovación y Competitividad del Gobierno Regional de Atacama.
A través del cultivo de quinua, se determinará el potencial productivo de Atacama, por medio de la caracterización de los genotipos mejor adaptados y sus componentes nutricionales y funcionales relevantes, para poder diferenciar alternativas en base a un paquete agronómico adaptado a las restricciones hídricas y climáticas imperantes. De esta forma, se espera desarrollar en una siguiente etapa nuevos productos a partir de grano (barras alimenticias), harina (de especialidad y productos para celíacos), productos frescos (brotes y ensaladas listos para servir) y/o saponinas (como bioproducto industrial). Basados en los genotipos de INIA, se identificarán los materiales sobresalientes y mejor adaptados para ser utilizados en zonas con problemas de disponibilidad hídrica y salina de la región de Atacama.
Al respecto, el director nacional de INIA, Dr. Julio Kalazich enfatiza que “la importancia de avanzar en el desarrollo de variedades propias y la producción de alimentos, le otorga seguridad al país y permite su progreso, ya que el mercado alimentario está cada vez más competitivo a nivel mundial. En este sentido, la quínoa representa una oportunidad única, dada la poca explotación existente en Chile, y como INIA también somos responsables de generar alimentos saludables de manera sustentable”, apunta la autoridad.
En líneas generales, el mercado de la quínoa se encuentra en una posición inmejorable para desarrollar este cultivo de manera competitiva. El crecimiento de la demanda mundial de quínoa ha sido variable, aumentado aproximadamente a un ritmo promedio anual de 12% en los últimos diez años, pero con variaciones de 167% en ese mismo periodo. El 80% de la producción mundial es realizada por Bolivia, Perú y Ecuador. Respecto a los principales países importadores de quínoa, éstos son Estados Unidos con una demanda de 53%, Canadá con el 15% y Francia con el 8% del volumen de importación global.
En Chile se estima una producción de 1.020 toneladas anuales, que son cultivadas en una superficie aproximada de 1.700 hectáreas, con un rendimiento promedio de 0,6 t/ha. La principal región productora es la de Tarapacá, con el 95% de la producción nacional, mientras que la región de Atacama no superaría el 1%, a pesar de las buenas condiciones existentes para este cultivo. Con tecnologías y materiales mejor adaptados a nuestras condiciones, se puede esperar que la superficie cultivada con quínoa aumente significativamente y se extienda a diferentes condiciones agroclimáticas de Chile, recuperando un cultivo ancestral en Atacama.
El director nacional de INIA, Dr. Julio Kalazich, no duda en calificar a la quínoa como un alimento estratégico. “En un escenario de demanda creciente de alimentos y en una sociedad que está buscando alimentos más sanos, la quínoa es un producto que debemos conocer más y potenciarla en todos los ámbitos. No olvidemos que en 2013 la FAO celebró el Año Internacional de la Quínoa”, dice.
Al igual que en la mayoría de los países, gran parte de la producción es realizada por productores individuales o pequeños, para comercio nacional y exportación. En relación a los datos de importación y exportación, Chile importó 225 toneladas de quínoa en 2012, principalmente de Bolivia y Perú. Cabe señalar que desde 2008 que no se pasaba de las 60 toneladas anuales, lo cual muestra un importante aumento del consumo interno.
Atributos de la Quinoa
Las características nutricionales de la quínoa son superiores a las de otros vegetales, ya que se trata de un alimento completo, que posee todos los aminoácidos esenciales que requiere el ser humano (leucina, isoleucina, lisina, metionina, fenilalanina, treonina, triptofano y valina). El grano de quínoa contiene entre 11% y 20% de proteínas de alta calidad, que lo ubican por encima de cereales como arroz (7,6%), cebada (10,8%), maíz (10,2%) y trigo (14,2%); y lo hace comparable a la leche como fuente proteica.
Tiene importantes cantidades de vitamina del complejo B y, entre sus minerales, presenta contenidos de litio, lo que podría ayudar a las personas con problemas de depresión. También presenta abundante calcio que es fácilmente absorbido por el organismo, debido a la presencia simultánea de zinc, lo que la hace muy recomendable para evitar la descalcificación y la osteoporosis. Comparada con los cereales, la quínoa tiene mayor cantidad de fósforo, potasio, magnesio, hierro y calcio, pero un bajo aporte calórico, de 365 kcal/100g, en promedio.