Generación de residuos a nivel mundial proyecta alcanzar 3.400 millones de toneladas al 2050: ¿cómo hacer frente a esta realidad?
Ante este panorama -del que Chile no es la excepción- cada día se hace más necesaria la migración productiva lineal hacia una circular que permita reducir, reciclar, reutilizar y recuperar todos aquellos residuos posibles a fin de evitar consecuencias devastadoras.
De acuerdo con el último Informe del Estado del Medio Ambiente (2022), durante el año 2020 se generaron en Chile un poco más de 18 millones de toneladas de residuos: 96,7% de éstos fueron considerados residuos no peligrosos, mientras que el 3,3% residuos peligrosos.
En detalle, los residuos no peligrosos contemplaron residuos de origen industrial (50,8%), residuos sólidos municipales (43,6%) y lodos provenientes de Plantas de Tratamiento de Aguas Servidas (2,4%).
Este mismo informe destacó que de los residuos no peligrosos generados, el 80% fue eliminado y el 20% valorizado, trasladando los eliminados principalmente a rellenos sanitarios y vertederos.
En este sentido vale la pena destacar que si bien los rellenos sanitarios son instalaciones que cumplen con las exigencias sanitarias y ambientales establecidas, los países se enfrentan cada vez más a desafíos asociados a la gestión de sus residuos, debiendo incrementar la prevención y valorización de la mayor cantidad posible de éstos, donde todo residuo potencialmente valorizable deberá ser destinado a ello para evitar su eliminación.
Aunado a esto, un reporte elaborado por la CEPAL reveló que hacia el 2030 se producirán 2.590 millones de toneladas de residuos anuales a nivel mundial y que esta cifra alcanzará los 3.400 millones de toneladas en 2050.
Al leer estas impactantes cifras el escenario mundial a futuro se plantea bastante comprometido si no se toman acciones concretas ahora, por lo que las industrias han tenido que cambiar el convencional estereotipo de producción lineal hacia uno más circular que genere en el tiempo un mayor beneficio para nuestro planeta y la sociedad, y Chile ha jugado un rol bastante activo en el cumplimiento de este objetivo.
Así, desde hace algunos años nuestro país puso en marcha la Hoja de Ruta Nacional a la Economía Circular 2020-2040 y la Ley REP con el fin de proponer metas y acciones para migrar hacia un país más sustentable, y día a día se van evidenciando avances asociados a cada plan nacional.
La buena noticia es que, además de la gran generación de conciencia ambiental (social y empresarial) que nuestro país ha ido implementando en el último tiempo, las empresas dedicadas al rubro han ido mejorando sus capacidades para responder a la necesidad que enfrentamos, como es el caso de Hidronor.
Hoy la empresa destaca como un facilitador en el proceso de la cadena de valor de la economía circular, trabajando bajo el concepto “del residuo al recurso” de la mano con su filial Greendot para ofrecer soluciones globales en el reciclaje, valorización y manejo in situ de residuos industriales y peligrosos, gracias a lo cual complementa la atención referente a la economía circular que necesita la industria.
No obstante, específicamente en minería atiende a más del 85% de las empresas de este tipo que operan en el país, acompañándolas paso a paso en el manejo de todos sus residuos con soluciones integrales que apoyan la gestión sustentable de esta industria.
“En Hidronor siempre buscamos opciones para valorizar los residuos que recibimos antes de disponerlos. Sin embargo, las tecnologías de valorización tienen limitaciones y hay ciertos tipos de residuos que, inevitablemente, se deben confinar debido a su peligrosidad y condiciones químicas que impiden revalorizarlos, como los que contienen metales pesados provenientes de algunos procesos mineros. En ese contexto se necesitan empresas que hagan esa labor de manera adecuada y segura con todos los tratamientos previos que se requieren para no poner en riesgo al medio ambiente ni la salud de las personas, y en esto somos un referente”, destaca Juan Andrés Salamanca, gerente de Ventas y Marketing de Hidronor.
Con esto queda demostrado entonces la respuesta del sector industrial que nuestro país va teniendo para hacer frente al gran desafío que se avecina, prometiendo alcanzar con ello las metas exigidas por la Hoja de Ruta Nacional a la Economía Circular 2020-2040 y la Ley REP en el mediano plazo.