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En Chile el 18% de la población pertenece a este grupo etario, con un aumento de la esperanza de vida y de las enfermedades crónicas, la única forma de enfrentarlo es con los recursos de sus entornos cercanos. Un ejemplo de ello es el caso de la familia Segovia, que está sorteando su casa de palafitos en El Quisco para ayudar a la matriarca que padece parkinson

En Chile, según cifras de CEPAL, 3.449.362 personas tienen 60 o más años, lo que representa un 18% de la población nacional. Cifras que, a juicio de los especialistas, representan una serie de desafíos, tanto desde el punto de vista de políticas públicas de asistencia y cuidados, como del apoyo a las familias que hoy son el único sostén para cubrir dichos gastos, debido a las bajas pensiones y aumento del costo de la vida.

En este sentido, las enfermedades que afectan a los adultos mayores constituyen una de las complejidades que debe enfrentarse, por sus efectos psicológicos como económico-familiar. Como sociedad, “estamos pensando en un cuerpo lozano, en actividad física, mental y social. Es una sociedad donde es muy importante producir, tener una vida activa laboral y económicamente. Homologamos la vejez con una etapa en la vida donde todo eso desaparece y eso nos complica”, señala Sara Caro, académica de Trabajo Social de la Universidad Católica e investigadora del Observatorio del Envejecimiento.

Precisamente, de acuerdo a los expertos, un factor gravitante para los adultos mayores alude a cómo en algunos casos se puede ir registrando una pérdida progresiva de la autonomía, trayendo consigo el desafío familiar de acompañarlo diariamente y lo cual necesariamente genera como consecuencia una transformación en la vida de todos. Ejemplo de aquello es la historia de Pilar Segovia y su mamá Marina.

Pilar y su familia, debido al estallido social y pandemia, decidieron trasladarse a El Quisco y construir una casa de palafitos con vista al mar. Sin embargo, la decisión dio un vuelco por el tratamiento y necesidad de apoyar a su madre y matriarca de la familia, hoy de 82 años, quien padece de Parkinson, requiriendo de la compañía y apoyo de su familia de forma permanente, lo que implica que en la actualidad Pilar se traslada a diario para controlar sus medicamentos, terapia, alimentación, entre otros. Por esta razón, decidieron sortear la propiedad para reinventarse laboralmente, en el sur de Chile, viviendo junto a su madre sin la necesidad de viajar todos los días a Santiago.

Es importante consignar que Pilar y su familia junto a su madre buscan radicarse en el sur con el fin de poder realizar las dos terapias semanales de la matriarca en la misma propiedad para así ella no deba moverse de un lugar a otro y, a su vez, disminuir los costos asociados a esos procedimientos de salud.

“Mi madre siempre ha sido una mujer fuerte e independiente, pero eso ha ido cambiando con los años con la aparición de diferentes dolencias y enfermedades. Una de ellas es el Parkinson que se ha manifestado en sus manos:  aunque esto no la imposibilita de desarrollar sus actividades diarias, mi preocupación radica en el hecho de que es una enfermedad degenerativa y la cual año a año se acrecienta a nivel neurológico y físico”, explica Pilar Segovia.

Así, “nuestra motivación con este sorteo es poder vivir nuevamente con mi madre para darle un espacio para que ella pueda disfrutar con sus plantas y animales. Que los años que le queden con nosotros pueda vivirlos tranquila y disfrutando de las cosas que le gustan. Que esté cuidada y segura con nosotros. Con el sorteo de esta casa quiero cumplir los sueños de mi madre, pero también cumplir mis sueños, de trabajar de manera independiente sin dejarla de lado y sus cuidados, y principalmente que es verla feliz y tranquila”, puntualizó Pilar.

Con el sorteo, explica que también esperan facilitar el acceso a una casa propia a muchas personas que por las condiciones económicas actuales no pueden optar a un crédito hipotecario. “Más allá del sorteo y mi propio anhelo familiar, quiero también entregarle la posibilidad a una persona o a una familia, que solo por $10.000 pesos puedan hacer realidad este sueño de la casa propia o de tener una casa de veraneo en la playa para tener un lugar donde descansar”, expresó Pilar.

¿Cómo participar en el sorteo?

La casa en sorteo se encuentra inserta en un gran terreno de 500 mts2 disponible para edificar y 60 mts2 construidos, consta de 2 habitaciones, 1 baño, cocina americana equipada, terraza del largo de la propiedad, quincho y una increíble vista. Fue construida en palafito, con opción de una ampliación de la totalidad de la casa en la parte inferior de la propiedad.

Los números tienen un valor de $10.000, se compran mediante el sitio web https://sorteocasaenlaplaya.cl/, existiendo la posibilidad de cancelar tanto con tarjetas comerciales, de débito como efectivo y mercado pago. Para la familia es muy importante la transparencia, seriedad y confianza, por esto la propiedad y el concurso están protocolizados ante la notaría de Santiago Álvaro David González Salinas.